Por Demian Chávez Hernández.

En Abril 26 de 2006 recibía la invitación de hacer un reportaje gráfico de la comunidad de Tlahualilo de Zaragoza en el lejano estado de Durango. 

En el correo electrónico escrito por Lidia Hervás se describe

“Las imágenes de la Barcelona de Tlahualilo de Zaragoza estaran expuestas en la exposición ‘Habitar Barcelona’ que se está realizando para el ayuntamiento de nuestra ciudad. Estaran alojadas en el vestíbulo”.

Luego de hacer una planeación salí a la aventura con mi primer equipo digital, una cámara Nikon D100 y una incansable F3. 

Recuerdo haber escrito a mi familia:

Papá, Carmen, Pillo y Nena:

Resulta que ya estoy en el estado de Durango (pillo dile a papá que saque un mapa y te muestre donde ando). Por acá vine a parar a un lugar que se llama Tlahualilo de Zaragoza y lo que vine a buscar es un lugar llamado Barcelona.

¿Porque vine a buscar este lugar?, ah! bueno, les cuento: En la ciudad de Barcelona España van a realizar un foro de todas las Barcelonas del Mundo el próximo mes, así que a mí me comisionaron a dar con este lugar y hacer un fotorreportaje. En un principio pensé que sería un lugar muy sombrío pero la verdad que mis sorpresa creció cuando llegué a la cabecera del Municipio y medí cuenta que Barecelona había desaparecido…  en serio! ya no hay nada. Resulta que por la época de sequía que se ha extendido en los últimos 10 años no ha habido abasto de agua y la gente tuvo que dejar el ejido y mudarse a la cabecera municipal, así que de Barcelona solo queda un pueblo fantasma excelente para fotografiar.

Les mando unas fotos y me dicen que piensan. Además de fantasmas también viven marcianos… es un lugar donde ha habido avistamientos de OVNIS, aunque ustedes no lo crean…

Bueno, esta tarde voy a Torreón, Coahuila, que está ados horas de carretera de aquí. Allá me voy a tomar un rico café.

Bendiciones a todos!

Demian Chávez.

pd: creo que el viernes ya estoy de vuelta…

(Mail enviado a la familia).

 

Tlahualilo, Pueblo Fantasma. 

 

Antecedentes inmediatos.

El viaje de este lejano municipio al que se la ido el agua y los moradores desde hace por lo menos de 15 años paradójicamente contrario a lo que reza su definición gramatical: «Agua para regadío». El ejido de Barcelona no es más que un pueblo fantasma en el que reses y caballos lo habitan como propiedad única, tan solo de los 77 ejidatarios originales y sus familias tan solo uno es que regularmente visita la propiedad que otrora fue uno de los mayores productores de sandía y melón del país. Ahora tan solo quedan los restos de una comunidad que emigró por falta de agua potable y la sequía que desde hace más de 20 años comenzó a mermar las tierras de cultivo, y a pesar de que se construyeron sistemas de riego la falta del suministro del agua potable fue el detonante del éxodo.

Barcelona pertenece a una serie de haciendas que desde 1891 y hasta 1900 comenzaron a fundarse con los nombres de provincias españolas, ya que inversionistas de origen español tenían las concesiones para explotar las tierras, así entonces, se fundan las haciendas de  Pamplona, Zaragoza como nombre de la cabecera del municipio, y entre ellos por supuesto Barcelona. Haciendas de Providencia, las Rosas, Adán, Eva, El Zacate, El Zorrillo, Córdova, Valencia, Toledo, de la Tijera, de San Julio, San Francisco de Horizonte y Lucero, Horizonte, Arcinas, de Ceceda, Iberia, Madrid. De todas las propiedades no queda ningún vestigio de las originales fincas, tan solo el pueblo de Tlahualilo, que es la cabecera municipal,  conserva la propiedad original de las oficinas de la Compañía Inglesa. Las propiedades de las fincas pasaron a ser ejidos que en 1936 repartidos a campesinos por el entonces Presidente de la República Mexicana General Lázaro Cárdenas.

El ejido de Barcelona fue un lugar que lo habitaron 77 ejidatarios y sus familias, con todas las comodidades posibles, este ejido, uno de los más prósperos de la zona en el que se sembraba sandía y melón que era uno de los productos más sabrosos de la república. Este ejido celebraba como fiesta patronal el 18 de Marzo mismo nombre de la escuela que tenía todos los grados de primaria. –Óra en el aniversario de la escuela bajaba mucha gente, por eso los arrengaban para otro lado- dice Don Seferino Aguirre Muñiz que vuelve a recorrer los pasos y tierras que cuando niño ya conocía como Barcelona sin tener un referente histórico más que el del nombre de su lugar de nacimiento. –Entonces había mucha agua, ahora nada…

 

El Largo y sinuoso camino.

Los coyotes corren al paralelo de la camioneta pick up de la policía municipal que tiene el encargo del mismo Director de Seguridad Publica y Vialidad Roberto Rodríguez Santoyo de trasportar al fotodocumentalista y a Don Seferino Aguirre originario barcelonés.

Las liebres saltan de  un lado al otro del camino guardando sana distancia con el vehículo, de testigo inmutable la sierra de Tlahulilo que divide los Estados de Durango y Coahuila. La tierra es el cadáver de lo que fueron grandes extensiones de siembra –aquí no había hiuzaches…-. El calor es seco, de semi desierto y no hay ningún poblador en los siguientes ocho kilómetros que pueda auxiliar.

En época de lluvias es casi imposible llegar en vehículo por la sinuosidad y la “tierra chiclosa” a decir del oficial comisionado Rogelio Alemán -Si ha llovido lo mejor es llegar a caballo,  los vehículos quedan atascados-

Esto en referencia que en las siguientes semanas se preveé llegue la temporada de lluvias, y aunque no son como las de años anteriores si pueden incomunicar a las comunidades por algunos días.

Después de casi 25 minutos de carretera y una veintena de ardillas traviesas que corrían frente a la pickup se llega a Barcelona. La primera impresión es asombro. La soledad se respira y no hay un solo vestigio de ser viviente.

 

Don Seferino Aguirre el último ejitario heredero del 36.

Don Seferino Aguirre se baja de la Pick Up y menciona –ahí esta mi bodega, ¿la quieren conocer?– En este ejido aún tiene la única bodega que queda de las tres en las que se guardaba la cosecha y que llegaban a guardar sin calcular en toneladas dice Don Seferino –hasta la altura de las ventanas- altura que rebasa los tres metros de altura -Aquí todavía guarda maíz del “bueno”, porque aquí se regaba con agua que se recolectaba de lluvia, sin fertilizantes, ni pesticidas ni nada de eso. El maíz que está aquí es del que sembró mi papá mire, tiene quince años y no se ha apolillado-.

La época de sequía en la zona que tiene más de quince años comenzó a mermar la producción agrícola de la comunidad y poco a poco sus moradores fueron abandonando las tierras ejidales y se mudaron la cabecera municipal Tlahualilo. “antes no había estos huizaches[1] ni nada, era pura tierra de siembra” afirma contundente Don Seferino mientras ya recorremos el camino arenoso de vuelta a su casa en la antigua Barcelona. Casa de adobe que aun tiene los corrales y sigue en pié, la cedena cierra la puerta y en la entrada la estufa de carbón resistiendo los años y las inclemencias de la sequía “Tenemos diez años que no cae una buena lluvia” recuerda con tristeza, mientras Rogelio Alemán  camina a la par el ejido.

 

El éxodo.

Don Seferino Aguirrevuelve a recorrer los pasos que dejó hace algunas semanas, solo vino a dejarle de comer a los animales, el poco ganado bovino que le queda, “y hay que tenerles miedo, si ven a uno se le avientan, son bien bravos”, esos son los únicos habitantes de Barcelona, además de una cuadrilla de caballos que portan unos cencerros y que cabalgan juntos, “siempre que ven a la gente le corren” comenta, mientras se detiene frente al uno de los estanque que quedan. -La gente empezó a irse a Tlahualilo después de que cortaron el sistema de agua potable y ya sin agua para sembrar ni que tomar se fueron llendo poco a poco, ahí fueron abandonando el ejido, ya nomás yo vengo de vez en cuando- dice nostálgico.

 

Avistamientos Ovnis (el dato curioso).

Don Seferino al pasar por la sombra de un árbol se toma el tiempo para difrutar la caricia en sus manos de la textura de ese testigo mudo que le cobija sombra y recuerda la anécdota. –Un día ya en la tarde estabamos de aquel lado –señalando el lado surponiente del ejido- y por allá salió una luz como de un reflector y se quedó por largo rato, luego se vino hacia nosotros, ahí fue cuando nos dio mala espina y nos levantamos y esperamos a que se fuera. Y no andábamos borrachos…

Ya de regreso a la cabecera de Tlahualilo el Director de la policia municipal Roberto Rodríguez, confirmó esta información, y mencionó que no es la primera vez de noticias de avistamientos ovnis –no es la primera vez, mire, acá para la comunidad de Pamplona ibamos de inspección porque nos habían dicho que había algo en el cielo, a la distancia vimos a los ejidatarios que miraban algo que se sostenía en el aire y la tierra se cimbraba, tenia muchas luces y después de repente se fue. Eso es muy normal aquí. También acá para la parte de atrás de la comunidad se ve a veces un resplandor como de una ciudad, se ven luces como de calles o un boulevard a la distancia pero uno camina en esa dirección y uno  nunca llega a acercarse.-


[1] Árbol que crece en clima semi-desértico que sobrevive con poca humedad.

Años después me enteraría que Roberto Rodríguez Santoyo, director de Seguridad Pública de Tlahualilo, fue detenido en 2009 por presunta portación de armas de fuego exclusivas de uso del ejército.

 

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