• Recuento de las Marchas en Querétaro: un ejercicio de memoria y resistencia.

 

Por Alejandra Martínez Galán*.

Desde hace algunos años el mes de junio ha sido reconocido como el mes del orgullo LGBTI+, esto debido a que se suele considerar como punto de partida del movimiento de la liberación sexual estadounidense la revuelta de Stonewall en Greenwich Village en Nueva York el 27 de junio de 1969. Narraciones afirman que la comunidad luchó contra la policía durante tres días como reacción a una brutal redada en el bar gay.  Este movimiento que inicialmente comenzó en Estados Unidos entre los años de 1969-1970, se trasladó posteriormente a Europa, para después replicarse en gran parte del planeta.   

En el caso de México, a principios de los años setentas se comenzaron a gestar muestras de resistencia social al orden hegemónico predominante hasta el momento; personajes como Carlos Monsiváis, Nancy Cárdenas y Juan Jacobo Hernández se agruparon bajo el denominado Movimiento de Liberación Homosexual, siendo una de sus primeras acciones una protesta realizada a través de la prensa por el despido de un joven empleado de la tienda Sears por ser homosexual. Posterior a ello, un grupo de hombres homosexuales llamado Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) inició la resistencia social marchando como contingente abiertamente homosexual en la marcha conmemorativa de la Revolución Cubana el 26 de julio de 1978.

Otra fecha emblemática de visibilización de la comunidad fue en la marcha del 2 de octubre de 1978, año en el que se cumplían 10 años de la masacre de Tlatelolco. A esta movilización se unió un contingente de varios grupos de gays y lesbianas, lo cual dio pie a que se conocieran y comenzaran a organizar un año más tarde la Primera Marcha del Orgullo Gay en México. 

Durante las últimas cuatro décadas la resistencia de los grupos de la diversidad sexual ha sido contra la cisheteronormatividad, contra el estigma tradicional y la ocultación, por lo que expresar públicamente su identidad, su sexualidad, sus afectos han sido actos profundamente liberadores, en un proceso constante de defender su derecho a la igualdad, a la dignidad y a la libertad sexual.

Para el movimiento LGBTI+ las marchas han sido su motor, volviéndose éstas herramientas lo suficientemente poderosas que han aportado a la transformación de realidades, a la apertura pública de cuestionamientos en torno a la heterosexualidad obligatoria, a la sexualidad, al placer, a la familia, al amor, al poder.  

Marchar es un acto reivindicativo, subversivo, cuestionador, y en muchas ocasiones hasta sanador. Es un lugar de encuentro, es el recordatorio constante de que la gente tiene tanto el poder como el derecho de pedir un cambio.

En el caso de Querétaro se destacan dos momentos relevantes en cuanto a las marchas realizadas en la entidad. El primer momento se gestó como parte de la respuesta comunitaria al crimen de odio dirigido al activista Octavio Acuña, llevándose a cabo la primera marcha en la entidad en el año 2010. Este primer momento tuvo su apogeo de los años 2010 al 2016, conmemorándose anualmente en el marco del 17 de Mayo, Día contra la homolesbobitransfobia.

El segundo momento vio su nacimiento en el año 2017, cuando se transformaron las marchas contra la homolesbobitransfobia en marchas del orgullo, las cuales se comenzaron a realizar en el mes de junio, y este 2023 cumplen 7 años de celebrarse. Si sumamos ambos momentos, este año se cumplen 14 años que ininterrumpidamente se han llevado a cabo marchas en la entidad por la defensa y visibilidad del movimiento LGBTI+. 

Para participar de esta conmemoración se ha realizado una inmersión en los archivos fotográficos del fotoperiodista Demian Chávez.  Dando por resultado una pequeña aportación para mantener la construcción colectiva de la memoria del movimiento LGBTI+ queretano, en el que a través de esta serie de imágenes se pretende recuperar el discurso de cuestionamiento, de resistencias a las violencias ejercidas por el Estado, así como las acciones colectivas emprendidas por la comunidad para hacerle frente al estigma y la discriminación de una sociedad queretana conservadora y fundamentalista.

Este trabajo fotográfico de Demian Chávez, a través de los años, visibiliza la diversidad de orientaciones, expresiones e identidades de género no normativas que han resistido a la ocultación durante los últimos años, como un intento de mostrar los procesos que han venido transformado las identidades sexogenéricas, sexoeróticas y sexopolíticas en Querétaro.

Damos la razón cuando el autor des-sacraliza las imágenes periodísticas y las convierte en documentos vivos para la historia. En sus palabras “la fotografía es el arte que mejor refleja la historia actual del autor”. Es entonces que la fotografía se convierte en método para conmemorar la historia, una historia llena de orgullo.

*Coordinadora de la Unidad de Género y Cultura de Paz de la FCPyS de la UAQ.

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