Y no me rindo.

En la antigüedad, según un mito helénico, existían las Amazonas: mujeres guerreras que se extirpaban un seno para eficientar su manejo del arco y la flecha.

En esta serie y exposición fotográfica, las guerreras son mujeres de carne y hueso. Es tu hija, tu hermana, la mujer que se encuentra a tu derecha o a tu izquierda. Son el testimonio vivo de un renacimiento, de una lucha contra un enemigo en común: el cáncer de mama.

No se trata de imágenes conciliadoras ni conmiserantes: son duras descripciones que tienen el objetivo de provocar un diálogo, una crítica, una razón, una motivación para prevenir y detectar a tiempo para vivir, porque el arte que no provoca, es estéril.

Aquí, el arte fotográfico cumple una función social, ser testigo e invitar a la reflexión sobre este padecimiento, que afecta a una de cada 12 mujeres. En cada retrato encontré (como fotógrafo) valentía, coraje, sonrisa, fortaleza, pero también una profunda transparencia, porque estas mujeres se quitaron la vergüenza de tocarse para conocer su cuerpo y con ello, garantizar su vida y no rendirse.

La idea original de las imágenes es siempre reflejar al ser humano: a la persona que decide vivir y que, acompañada o en solitario, va un paso delante de ese inquilino oscuro no invitado. Las fotografías cumplen ahora su papel como mirada de arte: ser críticos frente a una realidad social y de salud pública. Y los sujetos pasan de ser simples representaciones, a convertirse en signos con un discurso propio que se eslabona para crear, entre todas, un diálogo complejo.

La exposición se encuentra entre lo funcional y lo simbólico, donde el espectador juega un papel muy importante como destinatario del mensaje y se vuelve participativo en cuanto lo haga reflexionar sobre la importancia del autocuidado.

Este soporte fotográfico es la herramienta más clara entre las otras disciplinas del arte. Además de que en la muestra coinciden la museografía, la oncología, el desarrollo social, el civismo y las visualidades como ciencia. Así pues: La fotografía es el arte que mejor se compromete con su momento histórico.

Demian Chávez.

Santiago de Querétaro. Octubre de 2018.

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